Sólo un cambio sociocultural podrá evitar la extinción

La supervivencia de una gran cantidad de especies, tanto animales como vegetales se encuentra en un inminente peligro de extinción.
Contaminación, factores climáticos, destrucción de habitat y ecosistemas vienen causando desde hace unas cuantas décadas un efecto en cadena que será bastante difícil de detener.
Desde los arrecifes de coral centroamericanos, hasta los osos polares del Artico, todas y cada una de las especies que habitan el planeta han visto en mayor o menos medida modificado su entorno, se han tenido que ir adaptando a los pequeños o grandes cambios que se han estado produciendo. Han tenido que modificar sus hábitos alimenticios, de reproducción, y demás para poder sobrevivir a una nueva realidad que se cierne sobre cada rincón del planeta. O simplemente se han extinguido.
La mayoría de estos cambios, en gran medida tienen su origen en las actividades humanas. En la actividad minera, maderera, celulosa, agroganadera, la pesquera; en los megaemprendimientos como las represas, o simplemente en el crecimiento de las poblaciones, con sus carreteras, sus tendidos eléctricos, las autovías o los ferrocarriles.
El crecimiento desmedido y sin planificación ambiental alguna del consumo de bienes y servicios, viene requiriendo cada dia de la utilización de mas y mas recursos naturales. Y no los estamos utilizando de una forma ambientalmente sustentable. Esto significa que los estamos consumiendo y degradando a una velocidad mucho mayor que la de recuperación. Y que, de seguir así, tarde o temprano se van extinguiendo.
Como si la degradación de los recursos naturales fuera poca cosa, además comienzan a aparecer efectos secundarios, como todos los derivados del cambio climático producido por la emisión de gases de efecto invernadero, que en muchos casos están además acelerando estos procesos de degradación.
La lucha contra el Cambio Climático debe entenderse no como una lucha científica, sino como una lucha sociocultural. No es la ciencia la que va a salvarnos de una catástrofe ambiental a escala planetaria, sino un cambio radical de paradigmas en la conducta de las sociedades humanas.
De nada servirá que los nuevos automóviles contaminen un 50% menos que los anteriores, si duplicamos su cantidad. Ni que utilicemos nuevos materiales que ahorran energía si para extraerlos tenemos que volar montañas, utilizar millones de toneladas de agua y destruir ecosistemas de regiones biodiversas.
Las herramientas para forjar ese cambio sociocultural están en nuestras manos, pero nadie nos ha enseñado a utilizarlas y los dueños del mundo nos llenan de distracciones y nos ponen palos en las ruedas porque no les conviene que aprendamos. Sin embargo, poco a poco lo estamos haciendo. Lamentablemente para muchos ya es tarde, pero para muchos otros aun estamos a tiempo.

Ricardo Natalichio
Director
rdnatali@ecoportal.net
www.ecoportal.net

Liberacion Animal - Mas que palabras



http://www.4shared.com/file/143507629/f441afaa/Liberacion_Animal_-_Mas_que_pa.html

Excelente libro se los recomiendo

La Liberación Animal no es un concepto abstracto, sino que es una lucha que -quienes participamos en ella- vivimos día a día. Es mucho más que palabras, son hechos reales, aunque intangibles. Es hacer todo lo posible por conseguir que todos los animales, independientemente de su sexo, raza o especie sean libres. El tema de cómo lograr este objetivo ha suscitado infinidad de debates. El libro de “Liberación Animal: más que palabras” no pretende provocar una marea de discusiones vacías que no lleven a nada. Su objetivo lo dice el propio título, quiere lograr que de las palabras pasemos a los hechos; de la rabia a la acción. Para ello analiza –desde una perspectiva crítica- las distintas estrategias y los puntos fuertes de cada una de ellas, con la esperanza de desterrar falsos mitos y animar a quien de veras lo sienta dentro a dejar de lado las palabras para convertirlas en hechos.
Desde una postura en absoluto derrotista, la persona que ha escrito el libro nos hace ver lo mucho que hemos avanzado en nuestra lucha, y enfatiza en la capacidad que cada uno de nosotros tenemos para hacer que esto siga adelante. Lo único que hace falta es creatividad, ilusión y auto confianza para hacer temblar los cimientos sobre los que se sostiene la explotación de cualquier animal. Cualquier persona que cuente con estos tres elementos puede hacer de la lucha por la Liberación Animal una verdadera amenaza, una realidad. Dicha realidad es vivida por cada animal que ha sido sacado de su jaula.

El libro lleva adjuntos una serie de anexos que se ha considerado que pueden ser enriquecedores. Ni el libro en sí, ni los anexos representan la opinión del movimiento en general. Son reflexiones de distintas personas que participan activamente en la lucha por la Liberación Animal. Sin embargo tanto uno como los otros es recomendable que sean leídos por quienes quieran continuar haciendo que la Liberación Animal siga siendo algo mucho más que meras palabras.

Tomado de http://solidaridadantiespecista.entodaspartes.net/2008/12/31/liberacion-animal-mas-que-palabras-por-accion-vegana/

La “civilidad” antitaurina

NIÑOS DE GALPA Y TODOS AQUELLOS QUE TIENE APROPIACIÓN DEL TEMA DE CUIDAR A ESTE MUNDO Y A LA NATURALEZA....

HOY 14 DE FEBRERO ESTABA YO MUY JUICIOSA HACIENDO INVESTIGACIONES PARA LA UNIVERSIDAD, CUANDO ME TOPE CON UNA "NOTICIA" O MEJOR DICHO UNA PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE " EL MUNDO". SE TRATA SOBRE LOS TAURINOS Y DE LA FORMA EN QUE ELLOS PIENSAN SOBRE NOSOTROS....
ESPERO QUE LO LEAN Y QUE COMENTEN PORQUE ES DE SUMA IMPORTANCIA ANTES DE QUE HAGAN ALGO MUY EXTREMO HACIA NOSOTROS LOS ANTI TAURINOS....
ELLOS YA ESTÁN TOMANDO "CARTAS EN EL ASUNTO" QUE HAREMOS NOSOTROS PARA DEFENDERNOS Y DEFENDER A LO QUE AMAMOS? QUE HAREMOS NOSOTROS PARA DEFENDERNOS?
AQUÍ LES DEJO LA PUBLICACIÓN PARA QUE LA LEAN!


Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua el vocablo civilidad tiene dos acepciones. La primera corresponde al significado de “sociabilidad y urbanidad” y la segunda, en desuso, “miseria, mezquindad, grosería”.

La urbanidad de Carreño, que tanto dolor de cabeza le causó a nuestros ancestros en la época que la letra con sangre entraba (afortunadamente ya no) pero algo les quedó. A la clase de Carreño le sumaban otro asunto relacionado con la Cívica, es decir les enseñaron a conocer y sentir la patria, entonces la urbanidad aunada a la cívica formaba personas dentro de la civilidad. De esa generación pocas personas quedan ya y solo son recuerdos familiares y algunas mujeres y hombres hacen parte de la historia nacional por sus grandes contribuciones al fortalecimiento de la nación.

Muchos años pasaron hasta que el gobierno de Belisario se pellizcó y tímidamente le dio por volver a introducir la cívica en el currículo escolar, pero sin tener una continuidad en sus sucesores. Solo en este momento el tema es una política integral de formación, cobijado bajo el tema de las competencias ciudadanas. Y desde la guardería se está incidiendo para que nuestros hijos en el día de mañana sean mejores personas dentro de los cánones de la civilidad.

Entonces, el tema de la civilidad está relacionado fundamentalmente por el respeto a la libertad de pensamiento, palabra y obra enmarcado dentro de las buenas costumbres, la moral y la ley, en donde es perentorio que la institucionalidad del Estado debe preservarlas, actuando de manera objetiva frente a las diversas posiciones que se dan en razón misma de la naturaleza humana y debe garantizar la seguridad tanto de seguidores o contradictores ante una situación dada.

En ese orden de ideas, estamos viendo como la balanza del equilibrio objetivo está siendo roto por la municipalidad ante el tema de los taurinos y antitaurinos. La fiesta brava está protegida por la ley, hace parte del acervo (entiéndase como “1. conjunto de bienes morales o culturales acumulados por tradición o herencia”, RAE) de la nación y los que somos taurinos esperamos que por lo menos, el Estado nos garantice el derecho a la vida, honra y seguridad como lo manda la Carta Magna de todos los colombianos. Los antitaurinos están en todo su derecho a disentir, pero, como dirían nuestros padres “halándole al respetico”.

Al ser una actividad legal la Alcaldía de Medellín no debe patrocinar los grupos antitaurinos, además, porque ese dinero que se les está dando sale de los impuestos que los taurinos le estamos pagando a la municipalidad.

También la Personería de Medellín, que tiene como tema de ciudad “Campaña de Medellín al Derecho, Cero Discriminación” al apoyar a los disidentes de la fiesta brava, como lo manifestó Pepe Grillo en la separata Toros de esta Casa Editorial el pasado domingo: “tremendo lío tiene el señor Personero de la ciudad: las malolientes turbas de ayer hicieron en la calle San Juan el ya cansón ejercicio de gritar “asesino” a quienes disfrutan un espectáculo de cultura milenaria, lucían distintivos de la Personería, repartían volantes de la misma dependencia gubernamental e incitaban a la violencia”. Y hace además una serie de cuestionamientos válidos que esperamos tengan respuesta pública por parte de la Personería y de la Alcaldía de Medellín.

Otro papel singular lo jugó el SMAD y algunos agentes de la policía que cuidaban la rampa de acceso. Los antitaurinos a eso de las tres de la tarde estaban parados gritando sus arengas contra los aficionados justamente debajo de la rampa de acceso de la calle San Juan, costado occidental, aunque el grupo especializado tenía la barrera humana, no estaban haciendo respetar el sitio que le corresponde a los manifestantes, que como lo manifestó el señor Alcalde de Medellín, deben estar retirados de la Plaza de Toros y sus lugares de acceso. Pareciese que la policía, ante esta situación, no le hace ni “mugre de caso” al burgomaestre Salazar.

Ante la ubicación anómala de los disidentes, me dirigí ante tres policías adscritos a Sabaneta identificados con los números 975, 031 y 041 (este último tapándose el pecho para no dejarse identificar) con el fin que se comunicaran con el comandante encargado del SMAD para que procedieran a corregir la ubicación de los antituarinos. Vale decir que tuvieron la misma reacción de los toros de Santa Bárbara, es decir, no hicieron nada. ¿Para qué está la policía allí si no es para garantizar la seguridad de todas las personas?

Señor Alcalde Salazar, respetuosamente le solicito que reaccione en positivo para que el tema de los antitaurinos no se le convierta en otro problema de orden ciudadano.

¿Será que a los antitaurinos habrá que aplicarles la acepción en desuso de civilidad?

HE AQUÍ LO QUE ELLOS PIENSAN.......
QUE TAN EQUIVOCADOS ESTÁN?
O EN QUE TIENEN RAZÓN?


Regular la responsabilidad social empresarial: un error

"Por: Lina Salazar O. / Cámara de Comercio Colombo Americana"

Hablar de empresas socialmente responsables no es hablar de empresas que en diciembre donan balones de fútbol a una escuela en Ciudad Bolívar. Tampoco es hablar de las que adoptan una fundación y periódicamente regalan útiles escolares. Nada de esto es criticable, al contrario, tiene un valor inmenso. Sin embargo, esas acciones filantrópicas y ocasionales no son responsabilidad social corporativa tal y como la entienden Naciones Unidas (ONU), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) o la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD por sus siglas en ingles).

Una empresa se puede llamar socialmente responsable cuando, independiente de su tamaño, incluye voluntariamente los aspectos ambientales y sociales en el giro ordinario de sus negocios y los aprovecha de modo que le generen ganancia en el largo plazo. Es socialmente responsable cuando en su estrategia de sostenibilidad (léase sobrevivir en el tiempo y ser competitiva) tiene como variables determinantes los impactos sociales y ambientales que produce. Una empresa socialmente responsable es aquella conciente de su entorno y de las innumerables formas de crear valor compartido con la comunidad.

La respuesta de General Motors a la cada vez más elevada preocupación del público por las emisiones dañinas y la eficiencia del combustible de sus autos es un claro ejemplo. Este año lanzó al mercado el híbrido Tahoe, que comparado con otras SUV's de motores V-8 es 30% más eficiente. Esto no sólo redujo el consumo de gasolina sino que le dio ventaja competitiva. Igual es el caso de General Electric y su portafolio Ecomagination (innovación en productos ambientalmente amigables).

Otro ejemplo más cercano es el de Pavco y el modelo de negocio inclusivo que han implementado. Analizaron en qué regiones del país con potencial agrícola escaseaba el agua. Una vez rastreados sus grupos de interés, se dirigieron a ellos para venderles -ojo, venderles- modernos sistemas de riego para sus cultivos. A cambio contactarían quien les asegurara la compra de sus cultivos y la comercializara. Con este esquema se han beneficiado Pavco y cientos de cultivadores de ají, banano y caña en el Valle del Cauca, Urabá y Norte de Santander respectivamente.

Compañías como Nestlé -que ha convertido al Caquetá, antes netamente ganadero, en un prominente distrito lechero a través de la capacitación a los que ahora son sus proveedores- entienden que empresa y sociedad son interdependientes. Sólo con un acercamiento estratégico a las poblaciones más necesitadas se genera ventaja competitiva. Gana la empresa, gana la sociedad.
Tal es el enfoque propuesto por el gurú de la Administración Michael E. Porter y Mark R. Kramer en su artículo Strategy & Society. The Link Between Competitive Advantage and Corporate Social Responsibility (Estrategia y Sociedad. La Conexión Entre la Ventaja Competitiva y la Responsabilidad Social Corporativa), publicado en Harvard Business Review en 2006.

Según Porter y Kramer la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) no puede ser pensada en términos genéricos. Cada empresa debe crear su estrategia social y ambiental de acuerdo con los retos estratégicos que le impone el mercado. Primero identificando los puntos de intersección entre la empresa y la sociedad, luego seleccionando los prioritarios para, por último, montar una serie de iniciativas que generen variedad de beneficios para la compañía y la sociedad.
La decisión voluntaria de ser socialmente responsable depende de la presión que ejerce el mercado. Los consumidores, los medios, los clientes, los accionistas, entre otros, exigen a las empresas hacer su negocio sin comprometer su entorno. De ignorar estas demandas las compañías pondrían en riesgo su sostenibilidad.

¿No resulta ilógico regular legalmente algo que en principio (y en final) es voluntario? ¿Algo que responde a las exigencias del mercado? ¿No es contradictorio pretender hacer obligatorio un comportamiento que en esencia va más allá de la ley? Se entiende que una empresa socialmente responsable ya respeta y cumple la ley. Lo que haga más allá de ella es voluntario y pertenece a la esfera empresarial.

Tal cosa es lo que pretende el proyecto de ley 031 de 2007, Por la cual se definen normas sobre la Responsabilidad Social y Medioambiental de las empresas y se dictan otras disposiciones.

Este proyecto, que ya fue aprobado en Senado y está próximo a ser debatido en la Cámara de Representantes, peca en varios aspectos. Además de pretender hacer obligatoria una actitud voluntaria, el proyecto parte de que todas las empresas son iguales. Como Porter y Kramer lo sostienen, es un error asumir esta homogeneidad. No puede medirse con el mismo criterio a todas las corporaciones.

Adicionalmente, en su exposición de motivos el proyecto cita varias definiciones de RSE que la precisan como comportamiento voluntario. Es ilógico justificar una ley que obliga, con base en conceptos que ilustran la voluntariedad de lo que pretende ser regulado. Una revisión juiciosa al estado del arte de los temas a legislar siempre es necesaria.

Por si fuera poco, la propuesta deja la puerta abierta para que se introduzcan aún más regulaciones que incluso ya están en la ley. Esa puerta abierta también da pie para que las empresas asuman funciones que en principio están en cabeza del Estado (pobreza, desplazamiento, acceso a servicios públicos, etcétera).

Otro aspecto que merece la atención de los empresarios es el de las facultades asignadas al que sería el Consejo de RSE (art. 7º del proyecto). Algunas de ellas son "expedir normas y evaluar estado de la RSE", "proyectar reglamentos", "citar a los representantes legales de las empresas y pedir de las mismas informaciones necesarias", "divulgar ante la comunidad las buenas y malas acciones de las compañías en materias sociales y medioambientales mediante anuncios publicitarios en medios masivos" y "hacer auditorias aleatorias". ¿Qué empresa quiere que además de los controles ya existentes un Consejo tenga los poderes que este proyecto le otorga?

Aunque el argumento a favor del proyecto pueden ser las leyes que ya existen en otros países, podemos responder que, primero, no estamos obligados a importar tendencias y, segundo, sus campos de aplicación difieren del proyecto de ley que discutimos.

En Argentina, por ejemplo, las leyes (25.250 y 25.877) obligan a las empresas a presentar balances sociales concentrados en el área de recursos humanos. No se exige la triple cuenta de resultados (económica, ambiental y social) sino más bien un informe sobre el estado de los contratos laborales y las convenciones colectivas.
En México existe la llamada Norma Mexicana de Responsabilidad Social (NMX-SAST-004-IMNC-2004). Ella no es más que una guía para quienes deseen mejorar el modo de gestionar sus acciones en RSE.
El mismo carácter de marco o sugerencia tienen los trabajos del Reino Unido (Corporate Social Responsibility: International Strategic Framework, 2005), Austria (Guidance to SME's, 2007), Canadá (Corporate Social Responsibility: An Implementation Guide, 2005) y Alemania (Landmark Sustainability, 2005).

No sólo el carácter no vinculante es común a estas guías. También lo es que fueron formuladas concertando con el sector privado y académico, con gremios y cámaras de comercio. ¿En qué consulta o concertación de públicos interesados radica la representatividad del PL 031? ¿Acaso alguna vez el proyecto se sometió a discusión pública?

No queremos decir con esto que el Estado debiera estar del todo desligado de la RSE. En absoluto. Bien o mal son los Gobiernos quienes se comprometen ante Naciones Unidas a alcanzar localmente los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). En lo que hay desacuerdo es en el método. La función del Estado es hacer un llamado constante, estimular la concienciación sobre el tema y ponerlo como prioridad en la agenda. El Estado debe aliarse con las iniciativas ya existentes para elaborar guías y marcos que enseñen cómo insertar prácticas socialmente responsables al core business de las empresas, así como que instruyan sobre los beneficios económicos de hacerlo.

Así como en Dinamarca y Suecia se han expedido meras pautas y cajas de herramientas, del mismo modo el Gobierno colombiano debiera hace uso de su poder blando y llamar la atención sobre la relevancia del tema como exigencia de la modernidad empresarial. Sólo con liderazgo en el tema y un buen ejemplo el Gobierno debiera intervenir. Una ley que amplíe el campo de obligaciones empresariales es un error.


Costa Rica entre los países con mejor desempeño ambiental del mundo

La semana pasada fue presentada una nueva edición del Indice de Desempeño Ambiental (EPI, por sus siglas en inglés), un ranking que analiza el desempeño de 163 países en 25 indicadores relacionados a temas de medio ambiente, salud pública y cuidado de los ecosistemas. Así, el EPI da una idea de cuáles son los países más 'verdes' del mundo.

Este año, un país de Latinoamérica conocido por su gran actuación en temas ambientales está entre los tres primeros de la lista: Costa Rica.

El primer lugar del ranking en 2010 fue para Islandia, que según el índice ha sido líder en controlar la contaminación ambiental y manejar sus recursos ambientales de una forma sustentable. El segundo lugar fue para Suiza, luego Costa Rica y en cuarto lugar quedó ubicado Suecia.

Es interesante que un país no desarrollado y con una situación económica muy diferente a potencias del primer mundo como Suiza y Suecia haya podido destacarse por su actuación ambiental. Pero Costa Rica se ha caracterizado por dar prioridad al cuidado de sus recursos, promoviendo activamente el desarrollo del turismo ecológico dentro de sus fronteras.

Recordemos que este país también fue rankeado como el país más eco y feliz en otro estudio llamado Happy Planet Index.

Entre los diez primeros puestos también se encuentran otras naciones de Latinoamérica: Cuba y Colombia. Dentro de los logros de la segunda se encuentra la transformación de Bogotá, que ha tenido enormes logros en el ordenamiento del tránsito y mejoramiento de espacios públicos. A su vez, Chile quedó ubicado en el puesto 16 por sus avances en protección ambiental.

Por otro lado, no es casual que al final del índice se hayan ubicado naciones del continente africano: países pobres que carecen de políticas ambientales mínimas. En último lugar quedó ubicado Sierra Leona como el país con peor desempeño ambiental del mundo. Antes está República Centro Africana y Mauritania.

Los factores que observa el índice, realizado por la Universidad Yale, son 25 e incluyen salud ambiental, calidad del aire, manejo de recursos hídricos, biodiversidad y hábitat, manejo de bosques, actividad pesquera, agricultura y enfrentamiento al cambio climático.

El listado completo de países en el sitio del ranking.